Este laboratorio está lleno de experimentos y documentos garabateados por un ser demente. El centro de la habitación lo preside una camilla de madera con grilletes donde hay un goblin inconsciente o muerto. Entre las demenciales notas hay una que os llama especialmente la atención: “El alma humana es compleja. Tanto es así, que para llegar a la auténtica esencia del mal, lo que llamaremos SOMBRA, hay que extirpar por completo el resto de partes del alma. No obstante, algunas criaturas inferiores, tales como los goblin, tienen la sombra mucho más a flor de piel. Tal vez porque el resto de su alma no es tan brillante, pues carecen de las virtudes más esenciales de las que gozamos los humanos. En mis últimos experimentos he podido presenciar cómo con poco esfuerzo es posible sacar a la luz sus más bajos instintos, en forma de un ansia incontrolable que empuja al goblin a devorar la carne de otras criaturas inteligentes, tanto vivas como muertas. Ni siquiera he necesitado que lleguen a ser muertos vivientes: son una nueva forma de vida, asombrosa y aterradora.”

En este laboratorio no hay a simple vista nada de valor. La camilla con el cuerpo del goblin está en la marca roja. Si alguien se acerca a examinarlo leed 35.